Comentaba la semana pasada que no existen más que ventajas para este tipo de cocción que se está poniendo de moda. Decir también que, nosotros nos vamos a referir siempre a la cocción al vapor doméstica y no profesional, hecha con hornos que podemos instalar en nuestros hogares sin ninguna dificultad, de fácil manejo y que nos dan la posibilidad de acercarnos mucho a un tipo de cocción que, hasta ahora, se limitaba a los grandes restaurantes.
Si lo que persigues es adelgazar o seguir una dieta de mantenimiento, la cocina al vapor es la más sana y baja en calorías que existe y sumamente recomendable para cualquier tipo de persona. Antes, la cocina al vapor, se limitaba a las verduras, el arroz y algunos alimentos más, y además, solía recurrirse a está técnica en el caso de las personas enfermas o con problemas digestivos.. Hoy en día, cocinar al vapor se ha extendido a todo tipo de alimentos.
Tiene sus orígenes en una modalidad milenaria que proviene de Oriente. El principio activo de la cocción al vapor es tan sencillo como eficaz: la cantidad de agua requerida se introduce, en lugar de en el recipiente de cocción, como se hace en la cocción convencional, en un depósito. Una resistencia calienta el agua que fluye en forma de vapor introduciéndose en la cámara de cocción y envuelve suavemente los alimentos desde todos los lados. La rápida transmisión del calor y el proceso de cocción que se desarrolla automáticamente hacen que la preparación resulte exacta y uniforme y, al cocinar simultáneamente en todos los niveles del horno, permite un ahorro de energía y tiempo frente a la cocción sobre placa o en el horno tradicional.
Para obtener el máximo rendimiento de estos aparatos , la materia prima debe de ser fresca y de calidad, ya que la cocción al vapor potencia el sabor natural de los alimentos. Otro punto a favor es que, si preparamos varios alimentos, no se mezclan los aromas entre sí, de manera que podemos degustar, uno por uno, la inmensa riqueza y variedad de sabores que albergan.
Algunos motivos a favor de esta técnica de cocción son los que siguen: Se suprimen todo tipo de grasas o aceites, los alimentos no se ven sometidos a frituras nocivas, las vitaminas y los minerales de los productos cocinados al vapor no se alteran, se conservan los aromas y sabores naturales de cada alimento, la comida resulta muy jugosa, no es necesario ir dando vuelta a las carnes y los pescados ya que se cocinan homogéneamente, el alimento ni se pega ni se quema, la preparación de recetas es cómoda y sencilla, etcétera.
Aunque se puede cocer al vapor casi cualquier tipo de alimento, si hablamos del pescado, resulta especialmente indicado el salmón, la trucha y los salmonetes. Las carnes al vapor quedan particularmente tiernas y las más adecuadas son las que contienen poca grasa. Si bien en ocasiones pueden resultar algo insulsas, éste pequeño inconveniente puede quedar resuelto si la carne se prepara antes con una mezcla al gusto, de especias. La cocina al vapor es adecuada para todas las verduras y frutas.
Sólo es cuestión de experimentar. La fórmula es bien sencilla: buena materia prima y agua... el resto es pura imaginación.
Atentos a estos tres fáciles y sencillos manjares...
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Tomates griegos |
Ingredientes: 4 tomates, 1-2 dientes de ajo, sal, pimienta, 4 ramas de albahaca y 100 gramos de queso de oveja.
Preparación: Lavar los tomates, secar, cortar a lo ancho, colocar con la parte cortada hacia arriba en un recipiente de cocción perforado. Pelar los dientes de ajo y picar muy fino. Esparcir por encima de la parte cortada de los tomates. Salpimentar. Lavar la albahaca bajo el agua, secar las hojas, picar muy fino y distribuir encima de los tomates.
Cortar el queso de oveja en trozos, colocar sobre los tomates e introducir el recipiente de cocción en el horno de vapor.
Temperatura: 100º C y tiempo de cocción 3-4 minutos.
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Mejillones |
Ingredientes: 2 Kilos de mejillones, 1 puerro, 1 zanahoria grande, 1/2 litro de vino blanco, 1 cucharadita de pimienta en grano y 2 cucharaditas de perejil picado.
Preparación: Dejar reposar los mejillones en abundante agua fría durante unas horas. Renovar el agua 1 o 2 veces. Después, cepillar los mejillones a fondo. Eliminar las barbas y volver a enjuagar a fondo.
Utilizar sólo mejillones cerrados.
Cortar el puerro y la zanahoria en trozos. Poner junto con los mejillones, el vino blanco y los granos de pimienta en 2 recipientes de cocción sin perforaciones y cocinar.
Temperatura: 90º C y tiempo de cocción de 10 a 12 minutos.
Poner los mejillones con el jugo de fondo en una fuente y espolvorear con el perejil.
Se recomienda como guarnición una baguette.
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Huevos revueltos con gambas
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Ingredientes: 8 huevos, 8 cucharadas de leche, sal, pimienta, 100 gramos de gambas y 10 gramos de mantequilla.
Preparación: Batir los huevos, la leche, la sal y la pimienta. Agregar las gambas. Engrasar un recipiente sin perforaciones con la mantequilla y poner en él la masa. Tapar con un recipiente plano y cocinar.
Temperatura: 100º C y tiempo de cocción 12 minutos.
Remover la masa cuajada con un tenedor.